Fuente: Vatican New
Lorena Pacho – Ciudad del Vaticano
Donde otros ven basura, ellos ven vida, una oportunidad de trabajo y una forma concreta de cuidar el medio ambiente. Son los denominados ‘cartoneros’ o ‘recicladores’, hombres y mujeres que viven en ambientes marginales y que trabajan recogiendo, clasificando y vendiendo cartón, papel y otros residuos reciclables en la calle o en la economía informal.
Recogen y gestionan lo que el mundo desecha como respuesta al desempleo y a la pobreza extrema. Además, y a pesar de que realizan su labor en condiciones precarias, son una enorme fuerza en el cuidado del medio ambiente, ya que con su trabajo ayudan considerablemente a reducir el impacto ambiental de la basura en las grandes ciudades. El Papa Francisco, que conoció de cerca la actividad de estas personas en Buenos Aires, siempre reconoció su labor social y ambiental. Valoraba su trabajo como digno, solidario y ecológico y abogó en numerosas ocasiones por sus derechos.
Cartoneros: trabajo digno y ecológico
Una gran parte de los cartoneros están organizados en agrupaciones sindicales y cooperativas para reivindicar unas condiciones laborales dignas. Esta semana muchos de ellos han viajado a Roma desde diferentes países para participar en el V Encuentro Mundial de Movimientos Populares que se celebra del 21 al 24 de octubre, que cuenta con el apoyo del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral y donde representantes de todo el mundo están reflexionando y proponiendo actuaciones sobre los grandes temas de la Tierra, el Techo y el Trabajo, que el Papa Francisco calificó como los “derechos sagrados” de la dignidad humana. El día 23 se reunirán con el Papa León XIV y el sábado 25 y el domingo 26 participarán también en la peregrinación jubilar de los Movimientos Populares, como parte del Jubileo de los equipos sinodales y los órganos de participación, resaltando su compromiso al servicio de la justicia social y el bien común.
Encuentro en Roma: voz de los trabajadores invisibles
El cardenal Michel Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral participó en la primera sesión del Encuentro y habló a los participantes de un anhelo especial del Papa Francisco que se está haciendo realidad: “Soñaba con el día en que los movimientos populares —campesinos y pescadores, migrantes, trabajadores precarios, activistas sociales— no fueran simplemente acogidos por los fieles de la Iglesia, sino reconocidos como parte viva, pensante y activa de la vida de la Iglesia”, dijo el purpurado. Y resaltó el hecho histórico de que en esta ocasión las delegaciones de los movimientos populares hayan viajado a Roma acompañadas por representantes de la Iglesia en sus territorios. “Esta es la enseñanza del Concilio Vaticano II sobre la Iglesia, y este es el camino de la sinodalidad que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio”, destacó el cardenal, que después de ofrecer un discurso, conversó con los participantes del evento.
Otra muestra de este acompañamiento de la Iglesia a los movimientos populares y de su voluntad de escuchar y acoger el grito de los pobres fue la presencia del cardenal Baldassare Reina, vicario general de la diócesis de Roma en la primera jornada del Encuentro.
En conversación con los Medios Vaticanos, cartoneros de América Latina, Europa y África se presentan como constructores de una ecología integral, custodios de la casa común que con sus propias manos dan otra vida a los desechos del consumo, en un gesto silencioso contra la cultura del descarte. “Somos cuidadores del medio ambiente. Nunca cambiaríamos nuestro trabajo, pero queremos darle dignidad y reconocimiento. Francisco nos dio un gran impulso y nos dejó la misión de seguir peleando de forma constructiva por la tierra, el techo y el trabajo, por la igualdad que todos merecemos, como cualquier ciudadano que tiene un trabajo formal. Con estos encuentros mundiales queremos dejar nuestro granito de arena para construir una montaña”, subraya Sergio Sánchez, presidente de la Federación Argentina de Cartoneros, amigo del Papa Francisco desde su etapa como
Los cartoneros representan un sector que a menudo sufre exclusión social y laboral. Realizan un trabajo informal, sin protección y en condiciones difíciles. “Estoy muy orgulloso de ser un reciclador, queremos tener una legalidad. Nuestro trabajo es limpiar el medio ambiente y mejorar nuestra vida. Promovemos la economía circular y la sostenibilidad. Trabajamos sin condiciones de seguridad, no tenemos ni seguro médico. Eso tiene que cambiar, tenemos esperanza”, señala Friday Gabriel Oku, presidente de una Asociación de Recicladores de Lagos, en Nigeria (ASWOL).
Los cartoneros también reivindican que se les pague un precio justo por los materiales reciclados, seguridad social, medios para poder trabajar seguros y de un modo más eficiente, pues la mayoría gestiona una ingente cantidad de residuos solo con sus manos y unos carros precarios.
“Sin cartoneros no hay reciclaje”
Y piden salir de la invisibilidad. Quieren que el mundo valore su labor, demandan integrarse en los grandes sistemas de gestión de residuos y que los estados reconozcan su rol. “Luchamos contra la invisibilidad, la opresión y la discriminación. Cuando hace once años participamos en el I Encuentro Mundial de Movimientos Populares en el Vaticano, convocado por el Papa Francisco, fue la primera vez que escuché un reconocimiento a nuestro trabajo”, apunta Samuel Le Coeur, fundador de la Asociación Amelior que reúne a más de 700 recicladores de París, Francia. Y recuerda una frase que se dice en varios países y que resalta la importancia de su trabajo para evitar que deshechos que pueden ser reutilizados acaben en los vertederos: “Sin cartoneros no hay reciclaje y el reciclaje sin cartoneros es basura”.
Le secunda Severino Francisco de Lima Junior, cartonero de Brasil y presidente de la Alianza Internacional de Recicladores: “Queremos que la gente nos vea como trabajadores y no como invisibles, que los gobiernos nos contraten por el servicio que ofrecemos, que las autoridades nos escuchen, queremos entablar un diálogo y que comprendan el bien que aporta nuestro trabajo, que realizamos muchas veces de forma inhumana”.
Nohra Padilla, presidenta de la Asociación Nacional de Recicladores de Colombia, galardonada con el Premio Medioambiental Goldman por su labor como cartonera, que desempeña desde hace más de cuarenta años, lucha para conseguir mejores condiciones para las generaciones futuras.
“Los sistemas injustos como el capitalismo tienen invertidos los valores. Nosotros que prestamos servicios esenciales somos tratados muy injustamente, mientras que las grandes corporaciones del manejo de las basuras tienen altas rentabilidades. Nuestro trabajo es muy importante para la humanidad”, apunta.
Con cada pedazo de cartón reciclado, los cartoneros dan una lección de sostenibilidad y de respeto por el medio ambiente. Saben muy bien que el trabajo humilde puede convertirse en un servicio esencial para todos. “No somos los descartados del mundo. Somos parte de este mundo y hacemos bien a nuestras sociedades, reciclando”, recalca Sergio Sánchez.











