El triple crimen que interpela a la Argentina:
OPRENAR renueva su llamado a una política integral contra el narcotráfico y las adicciones
El Observatorio de Prevención del Narcotráfico (OPRENAR), red interinstitucional integrada por universidades, academias y organizaciones de la sociedad civil de todo el país, expresa su profunda preocupación ante el triple crimen de Florencio Varela, en el que fueron brutalmente asesinadas Brenda del Castillo, Morena Verri y Lara Gutiérrez, tres jóvenes de entre 15 y 20 años.
El hecho —que la justicia investiga como un acto de venganza narco vinculado a redes delictivas dedicadas al tráfico de drogas y al lavado de activos— refleja con crudeza la trama de violencia, vulnerabilidad y criminalidad organizada que desde hace años el OPRENAR advierte en sus documentos fundacionales (2015 y 2018).
El narcotráfico no es solo un problema policial: es una fractura moral, social e institucional. Casos como el triple crimen de Brenda, Morena y Lara muestran el costo humano de la ausencia de políticas integrales y sostenidas en el tiempo.
El Observatorio y sus ejes de acción
El OPRENAR surgió en 2014, impulsado por universidades, academias y organizaciones de la sociedad civil, con el objetivo de promover políticas públicas, generar conciencia social y monitorear el avance del narcotráfico y las adicciones en la Argentina. Sus propuestas, plasmadas en los documentos “Propuestas de Políticas Públicas Integrales para la Prevención del Avance del Narcotráfico” (2015) y “Actualización y Avances en Políticas de Prevención del Narcotráfico y las Adicciones” (2018), abordan el problema desde una mirada integral e interdisciplinaria, articulando cinco ejes estratégicos:
1. Prevención social y rehabilitación del adicto, fortaleciendo la familia y las instituciones de base.
2. Prevención educativa, incorporando la formación en valores y la conciencia crítica sobre el consumo.
3. Fortalecimiento del Poder Judicial y del Ministerio Público Fiscal, para mejorar la investigación y la sanción del crimen organizado.
4. Prevención, detección y sanción del lavado de activos, cerrando las vías financieras del narcotráfico.
5. Políticas de seguridad, con cooperación interinstitucional, control fronterizo y articulación regional.
Un crimen que revela la urgencia de actuar
Los primeros datos públicos confirman que Brenda y Morena tenían 20 años y Lara 15; desaparecieron el 19 de septiembre de 2025 tras subir a una camioneta blanca en La Tablada, y sus cuerpos fueron hallados días después enterrados en una vivienda de Florencio Varela, con signos de tortura, mutilaciones y extrema violencia.
Según las investigaciones judiciales en curso y fuentes periodísticas (Clarín, 2025), el crimen habría estado vinculado a un conflicto interno en una red narco. Una de las hipótesis sostiene que las jóvenes fueron atacadas como acto de venganza o disciplinamiento dentro de la organización, aunque aún no existen conclusiones judiciales firmes.
“Este tipo de hechos no solo expresan la violencia de género extrema —femicidio narco— sino también la colonización de los territorios vulnerables por parte de organizaciones criminales que reemplazan al Estado y se imponen como autoridad moral y coercitiva.”
(OPRENAR, 2018).
Este crimen representa un caso paradigmático de lo que los libros del OPRENAR anticipaban:
“El narcotráfico actúa donde hay ausencia del Estado, debilidad institucional y carencias sociales. Allí, el crimen organizado impone su ley y construye poder sobre la fragilidad social.”
(OPRENAR, 2015).
La tragedia de Florencio Varela materializa ese diagnóstico: un territorio vulnerable, desarticulado socialmente, donde el dinero ilícito y el miedo sustituyen la autoridad legítima del Estado. Asimismo, los libros del Observatorio enfatizan que la educación, la prevención social y la rehabilitación son pilares indispensables. Las tres víctimas eran jóvenes, una de ellas menor de edad, pertenecientes a sectores con escasas oportunidades educativas y laborales, lo que demuestra —como sostiene el documento OPRENAR 2018— que “la falta de horizontes vitales convierte a los jóvenes en blanco fácil de las redes criminales que ofrecen pertenencia, dinero y poder efímero a cambio de su vida.”
Los desafíos institucionales y judiciales.
El eje de fortalecimiento del Poder Judicial y del Ministerio Público Fiscal, propuesto en ambos libros del Observatorio, se vuelve hoy más actual que nunca. La multiplicidad de hipótesis mediáticas, los silencios judiciales y la falta de coordinación entre fueros reflejan esa debilidad estructural que OPRENAR ya advertía: “Cuando las investigaciones se fragmentan o dilatan, las redes del crimen se fortalecen y la impunidad se consolida.” (OPRENAR, 2015).
El Observatorio llama a que la causa se investigue con celeridad y transparencia, evitando la revictimización y priorizando el enfoque de género. A la vez, subraya que este caso podría tener vínculos financieros y transnacionales, por lo que resulta pertinente considerar su competencia federal, en línea con el eje de prevención del lavado de activos. “La importancia del control de los precursores químicos y de las rutas financieras es decisiva: sin cortar el flujo económico, el narcotráfico se multiplica. Cada peso lavado es una nueva bala disparada contra la sociedad.” (OPRENAR, 2018).
El Observatorio advierte que las redes de narcotráfico y trata no reconocen fronteras nacionales; por ello, la cooperación judicial y la inteligencia regional son pilares estratégicos para evitar la reproducción del crimen organizado en el Cono Sur. La prevención requiere también una transformación cultural: desmontar los valores que legitiman el dinero fácil y la violencia como símbolos de éxito. El combate al narcotráfico empieza por desarticular su imaginario social. Ante el triple crimen de Florencio Varela que conmociona al país, el Observatorio de Prevención del Narcotráfico (OPRENAR) alerta sobre la necesidad de políticas integrales que combinen prevención, justicia y educación, tal como lo viene proponiendo en sus documentos fundacionales.
Un llamado a la conciencia colectiva
El OPRENAR sostiene que hechos como el de Florencio Varela no deben reducirse a la crónica policial ni a la indignación momentánea. Deben movilizar a la sociedad y a las instituciones a reconstruir el tejido moral, educativo y comunitario de la Nación. El OPRENAR reconoce que el narcotráfico no solo somete comunidades, sino también cuerpos: las mujeres, niñas y adolescentes son utilizadas como instrumentos del negocio y objeto de disciplinamiento. Esta dimensión exige políticas con enfoque de género transversal.
“La lucha contra el narcotráfico no se libra solo en los tribunales ni en las fronteras. Se libra en las aulas, en los hogares y en la conciencia de cada ciudadano.”
(OPRENAR, 2018)
Desde el Observatorio consideramos que este caso pone en evidencia la urgencia de fortalecer la articulación entre el Estado y las universidades. No hay prevención posible sin formación ciudadana y justicia eficiente.
El Observatorio ratifica su compromiso de seguir articulando acciones con universidades, organismos del Estado y organizaciones sociales, promoviendo una política integral que combine prevención, justicia, educación y ética pública.
El Observatorio propone incluir políticas de reparación simbólica y acompañamiento comunitario para las familias y entornos afectados por el narcotráfico, como parte de una respuesta ética y solidaria del Estado.