La Pastoral Social Argentina, preocupada por la Ludopatía, particularmente en menores, realizó un Conversatorio. Aquí compartimos la exposición del Lic. Matías Dalla Fontana
Efectivamente asistimos a un literal experimento social que está siendo promovido por entidades que tienen una búsqueda clara: que es optimizar sus rentabilidades exacerbadas sin importar el efecto. ¿cómo lidiar?
Yo diría que, primero hay que establecer la naturaleza del conflicto, con quién estamos lidiando, y qué bien está siendo afectado. En esto creo que lo primero es tratar de identificar el ser, la persona, tener una mirada clara de la integralidad del ser humano, porque eso es lo que está siendo atacado, por un régimen actual que combina las plataformas con un desarrollo técnico neurobiológico de altísimo refinamiento ingenieril, la economía financiera y esta nafta, que son las emociones que tienen prendidos a los chicos. Y lo que está siendo atacado es el desarrollo integral en cuerpo, mente y espíritu de la persona.
La Argentina (de Formosa a Tierra del Fuego y de la cordillera al Atlántico) lo tenía resuelto hasta mediados de los 70 en una serie muy elemental, muy fundamental, en un complejo de vida muy fundamental: que era resolver como argentinos el desayunar, ir a aprender al colegio, almorzar, ir a jugar al club a la tarde hacer la tarea con los viejos, bañarse y dormirse 8 horas. Es decir, desde otra corriente de la biblioteca, por izquierda, por derecha, más antiguas, más modernas, determinadas estructuras de ordenamiento permitían el desenvolvimiento de una personalidad integrada, la formación de un carácter integrado que la Argentina lo tenía claro y resuelto, una objetividad de la vida. Benedicto en la encíclica Cáritas in veritate le dice, «Che, hay que tener una objetividad, digamos, la caridad en una objetividad, en una determinada verdad que ordene el proyecto.» Y esa objetividad es la que está siendo atacada. Entonces ¿es la apuesta un mal en sí? No ¿es el celular un mal en sí? No ¿es la marihuana a los 11, 12, 13 años, como está ocurriendo en todos los pueblos de la Argentina del interior un mal en sí? No. Pero son una privación al desarrollo de ese ser que hoy está siendo interrumpido.
Es un problema de mayorías, es importante establecerlo, no es un problema de algunos casos, como los que trabajamos en la clínica o en ciertos ámbitos de lo clínico, donde hace años atendíamos excepcionalidades. Estos son problemas clínicos que están afectando de manera epidemia, al mundo, afectando el sistema productivo, la rentabilidad de las empresas, genera discapacidades de manera mayoritaria, son problemas de mayoría.
Entonces, con lo que estamos lidiando es con ese complejo. Ataca las orgánicas fundamentales donde el ser humano se crea y se recrea. ¿es posible reconstruirlos? Sí. Este es el dato esperanzador. Esa Argentina que tuvo resuelto y que su enunciación, tal vez en términos políticos era la reconstrucción del hombre argentino, cayó presa de la tal vez de la disolución o de la confusión ideológica, pero eso es reconstruible. Lo esperanzador es que existen instituciones capilarmente, a lo largo de lo ancho de nuestra patria, que son clubes, parroquias, una educación que hay que recuperar, la reconstrucción de la familia.
Tener claro la objetividad del ser humano como ordenador, tener claro aquello contra lo cual nos enfrentamos y tener claro que el celular, la apuesta, la droga a temprana edad son causas materiales, agente desencadenante del ataque a eso que hay que custodiar, es parte de del cuadro de situación. Lo otro, tener una estrategia, porque no se puede resolver desde el minimalismo esto, desde la buena intención, tener una estrategia. Muchas veces asistimos a charlas de prevención de la mamá del chico adicto muy roto o del ex adicto, que claramente desde el punto de vista táctico son aleccionadoras o son testimoniales y brindan un panorama. Pero a mí me parece importante en esto de recuperar la objetividad del proyecto de vida y de lo que hay que reconstruir, empezar a dar la charla de la mamá que, en esos barrios, en esas condiciones, consiguió que su hijo no se drogue, es decir, cuáles son las condiciones esenciales que supo cuidar y custodiar por las cuales esa estructura fundamental que permite formar un carácter integrado, funcionó. El chico de Formosa, el chico que anda en el burrito en el cerro El Zapato en Córdoba, acá veo senadores, el pibe, el islero de San Javier, de un pueblo de la ciudad de Santa Fe, cercana al río.
¿Qué condiciones esenciales de la antropología humana de esa mamá, si están sabiendo custodiar que permite el desarrollo normal, para poner una palabra a lo mejor incómoda? Me parece que esas son un poco las aristas que tiene la por lo menos para componer un cuadro y un diagnóstico y la estrategia tiene que ser mayoritaria, integral y no puede seguir siendo minimalista.
No se puede seguir banalizando. Estos sueños prometeicos ya existieron a lo largo de la historia de la humanidad. Esta idea del ser humano que se puede diseñar a sí mismo, esto de la inteligencia artificial me parece que repite esa conducta. Entonces, tener claro una vuelta a la objetividad me parece me parece fundamental.











