Historia y Funciones de Justicia y Paz

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El Concilio Vaticano II pidió que fuera creado un organismo universal de la Iglesia que tenga como función estimular a la comunidad católica para promover el desarrollo de los pobres y la justicia social. (Gaudium et Spes n. 90, 7 de diciembre de 1965). En respuesta a ese pedido, San Pablo VI creó la Pontificia Comisión Justicia y Paz el 6 de enero de 1967

Colaboración: Humberto Podetti

1 – Breve historia

«Justicia y Paz es su nombre y su programa» escribía poco después Paulo VI en Populorum Progressio, el 6 de marzo de 1967. Esta encíclica y Gaudium et Spes, constituyen la fuente de su misión.

San Juan Pablo II reorganizó la Curia Romana mediante la Constitución Apostólica Pastor Bonus del 28 de junio de 1988. En ella transformó la Comisión en Pontificio Consejo Justicia y Paz, ratificándole sus funciones: “promover la justicia y la paz en el mundo según el Evangelio y la doctrina social de la Iglesia”.

Francisco, mediante el Motu Proprio del 17 de agosto de 2016 por el que creó el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, incluyó dentro de su jurisdicción al Consejo Pontificio de Justicia y Paz.

2 – Funciones

Mediante la Constitución Apostólica Preadicate Evangelium del 19 de marzo de 2022, Francisco asignó las funciones al nuevo Dicasterio, incluyendo las de promover la Justicia y la Paz:

Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral

Art. 163

  • 1. El Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral tiene la tarea de promover la persona humana y su dignidad dada por Dios, los derechos humanos, la salud, la justicia y la paz. Se interesa principalmente por cuestiones relacionadas con la economía y el trabajo, el cuidado de la creación y de la tierra como “casa común”, las migraciones y las emergencias humanitarias.
  • 2. Profundiza y difunde la doctrina social de la Iglesia sobre el desarrollo humano integral y reconoce e interpreta a la luz del Evangelio las necesidades y preocupaciones del género humano de su tiempo y del futuro.

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Art. 165

En su actividad de promoción de la justicia y la paz, el dicasterio:

1º participa activamente en la prevención y resolución de conflictos, identificando y analizando también, de común acuerdo con la Secretaría de Estado y con la implicación de las conferencias episcopales y estructuras jerárquicas orientales, las posibles situaciones que puedan generarlos;

2º se compromete a defender y promover la dignidad y los derechos fundamentales de la persona humana, así como los derechos sociales, económicos y políticos;

3º apoya las iniciativas contra la trata de seres humanos, la prostitución forzada, la explotación de menores y personas vulnerables y las diversas formas de esclavitud y tortura y trabaja para que la comunidad internacional esté atenta y sensible a la cuestión del trato a los presos y sus condiciones de vida y está comprometido con la abolición de la pena de muerte;

4º se esfuerza por garantizar que en las Iglesias particulares se ofrezca una asistencia material y espiritual eficaz y apropiada —si es necesario también a través de estructuras pastorales apropiadas— a los migrantes, refugiados, desplazados y otros sujetos de movilidad humana necesitados de una atención pastoral específica.

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Art. 168

El dicasterio promueve y defiende modelos de economía equitativos y estilos de vida sobrios, sobre todo promoviendo iniciativas contra la explotación económica y social de los países pobres, las relaciones comerciales asimétricas, las especulaciones financieras y los modelos de desarrollo que crean exclusiones.

Art. 169

El dicasterio trabaja en colaboración con los obispos diocesanos y eparquiales, las conferencias episcopales y las estructuras jerárquicas orientales para que aumente la sensibilidad por la paz, el compromiso por la justicia y la solidaridad hacia las personas más débiles y socialmente frágiles, especialmente con motivo de las Jornadas mundiales que les son propias.

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  1. Las Comisiones de Justicia y Paz

De modo general su misión es:

  1. a) Estudiar y promover todo lo que concierne a la justicia y a la paz, para que la sociedad alcance plena conciencia de la dignidad, derechos y deberes de todas y cada una de las personas y se proponga un desarrollo humano integral y el cuidado de la creación, conforme el Evangelio, la Doctrina Social de la Iglesia, el magisterio de Francisco y Praedicate Evangelium.
  2. b) Contribuir a la formulación de políticas públicas, mediante al diálogo y al consenso de los diversos sectores de la comunidad, con el objetivo de trabajar juntos construyendo una Nación y una América solidaria e integrada, en las que todos los habitantes tengan tierra, techo y trabajo y produzcan, trabajen, se eduquen, comercien y transporten en armonía con la naturaleza.
  3. c) Atender particularmente la situación de los excluidos, los pobres, las víctimas de la violencia, los desempleados, los que deben trabajar en condiciones indignas, las víctimas de la trata de personas y todas las demás personas cuya dignidad sea vulnerada.