El documento Iglesia y Comunidad Nacional fue el resultado de la XLII Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal argentina, realizada entre el 4 al 9 de mayo de 1981. Tuvo especial importancia no sólo por su contenido sino por el delicado contexto políticosocial que se vivía en el país.
En él da cuenta del difícil diálogo político haciendo un repaso por nuestra historia, sosteniendo fundamentos doctrinales y termina con propuestas y consideraciones finales. Son las siguientes: amor positivo a la vida, respeto inviolable a la dignidad del hombre, espíritu de libertad, espíritu de austeridad, espíritu de sencillez y humildad[1].
Fue un documento diferente y los obispos se propusieron difundirlo. Uno de los modos fue realizar una semana social que se logró 3 años después y se desarrollan hasta ahora.
Versión Digital de Iglesia y Comunidad Nacional
En el Archivo de la Conferencia Episcopal se guardan actas y cartas que ilustran la decisión de los pastores para organizar estos encuentros.
- En julio de 1981 (año de la publicación de IyCN) monseñor Belaunde, secretario del entonces Equipo de Pastoral Social, le informa a través de una carta a monseñor Di Stéfano, arzobispo de San Juan. Allí le cuenta que en una reunión se han tomado 2 decisiones respecto al reciente documento de Episcopado: 1) proporcionar oradores a disposición de las diócesis 2) realizar una Semana Social sobre dicho documento cuya concreción exige tiempo.
- El que era obispo de Formosa en noviembre de 1981, monseñor Dante Sandrelli, envía una carta a monseñor Belaunde, secretario del Equipo Episcopal de Pastoral Social, preguntándole si se realizarán las jornadas de reflexión sobre Iglesia y Comunidad Nacional.
- En 1982, un acta del Equipo de Pastoral Social da cuenta de la realización de una Semana de Reflexión Social a propósito del Documento “Iglesia y Comunidad Nacional”. Los principales puntos declaran que el equipo de Pastoral social se ofrece a organizarlo por sí mismo o junto a la Acción Católica y al Equipo Pastoral de Teología; fijar fecha tentativa y lugar; ayudar financieramente a las diócesis para que puedan concurrir; determinar temas y expositores. Se proponen omo metodología mesas redondas, formación de grupos de reflexión y discusión, preguntas y repuestas en plenarios, también la formación de una Secretaría Coordinadora y una Secretaría de Prensa que haga propagandas, divulgaciones y organice conferencias de prensa.
Este proyecto se presenta en la Comisión permanente del Episcopado a realizarse en agosto de ese año. La primera semana social se realizaría en 1984.
Así comenzaron a gestarse las semanas sociales marcando caminos en nuestra Iglesia y nuestra sociedad.

[1] Iglesia y Comunidad Nacional, n °197